Profundos canales permitirán la entrada de enormes buques petroleros internacionales en Puerto de Frontera. Dragado masivo transformará la costa, abriendo rutas comerciales globales.
Ubicado estratégicamente en la comunidad de El Milagro, municipio de Centla, Tabasco, el nuevo Puerto Industrial Frontera promete ser una obra emblemática en la región. A solo seis kilómetros de la ciudad de Frontera, esta terminal portuaria busca convertirse en un pilar fundamental del desarrollo industrial y logístico del sureste de México.
El proyecto, según el Estudio de Impacto Ambiental al que Grupo Cantón ha tenido acceso, contempla la construcción de un puerto de alta capacidad, diseñado para atender necesidades de la industria petrolera y comercio regional, con especial atención en las operaciones costa afuera.
El Puerto Industrial Frontera ocupará un área total de 3 millones 154 mil 589.84 metros cuadrados de los cuales se destinarán 1 millón 215 mil 819.97 metros cuadrados a infraestructura portuaria y zonas de dragado, mientras que el resto del terreno se mantendrá como área de amortiguamiento. La terminal incluirá un complejo portuario con capacidad para manejar grandes volúmenes de carga comercial e industrial, desde productos petroquímicos hasta maquinaria pesada.
La terminal estará equipada con un canal de navegación de 5.70 kilómetros de longitud, con una profundidad de -10 metros, suficiente para recibir buques de gran calado. Además, contará con un canal interior de 0.97 kilómetros y una dársena de ciaboga de 200 metros de diámetro, diseñada para facilitar las maniobras de las embarcaciones. La terminal se enfocará en ofrecer servicios de almacenamiento, maniobras portuarias, y apoyo logístico, con especialización en la industria costa afuera.
EQUIPAMIENTO DE VANGUARDIA
El puerto se desarrollará en tres fases, cada una con sus propias características y metas. En la primera fase, que abarcará 1 millón 088 mil 974.35 metros cuadrados, se llevará a cabo el dragado de las áreas de acceso y maniobras, con un volumen total de dragado de 1 millón 698 mil 150 metros cúbicos. Además, se construirá un rompeolas de 380 metros de longitud y 50 metros de ancho para proteger el canal de acceso del puerto, bloqueando el oleaje y las tormentas que azotan la costa de Tabasco.
Las instalaciones de la terminal incluyen almacenes, bodegas, oficinas administrativas, muelles, patios de maniobras y zonas de estacionamiento. Dentro de la infraestructura proyectada, se destacan una planta de tratamiento de aguas residuales y una planta de lodos, elementos clave para garantizar la sostenibilidad del puerto y minimizar su impacto ambiental
Uno de los puntos más destacados del proyecto es su capacidad de adaptación y expansión. En la segunda fase, el puerto ampliará sus infraestructuras, añadiendo más muelles y áreas especializadas. Se desarrollará una futura área de almacenamiento de fluidos de 14,100 metros cuadrados, una de las más importantes para las operaciones petroleras que se realizarán en el puerto. Además, en la tercera etapa se contemplan almacenes adicionales de hasta 26,466 metros cuadrados, junto con muelles de 7,500 metros cuadrados, y áreas de maniobras expandidas.
Las tres fases de construcción también incluyen la creación de una planta de tratamiento de aguas residuales y una planta de lodos, cruciales para garantizar que el puerto funcione de manera sostenible, minimizando los impactos ambientales. Se ha considerado el dragado de 844 mil 740.10 metros cuadrados para los canales de acceso, lo que permitirá la llegada y partida de embarcaciones con mayor eficiencia, mejorando la conectividad logística de la región.
PARA EL FUTURO
El Puerto Industrial Frontera no es solo una inversión a corto plazo; su diseño responde a las demandas crecientes de la región y del país. La terminal ofrecerá más de 37,000 metros cuadrados de vialidades, divididas en dos carriles de acceso para vehículos pesados y ligeros. El puerto será capaz de recibir buques tipo offshore, de hasta 89.9 metros de eslora y 21 metros de manga, con capacidad para cargas de hasta 6,300 toneladas.
El enfoque en la logística y el almacenamiento es evidente en los 61,750.27 metros cuadrados de patios de almacenamiento y maniobras proyectados.
El Puerto Industrial Frontera no solo es un proyecto de infraestructura; es una apuesta por el crecimiento económico de Tabasco y del país.
La inversión total para la construcción del puerto asciende a mil 433 millones 21mil 462 pesos, distribuidos en tres fases del proyecto. El desarrollo de esta terminal permitirá reactivar actividad portuaria de la región, que ha sufrido por el azolvamiento de la bocana de Frontera y la falta de infraestructura adecuada para manejar operaciones de gran escala.
EL LATIDO LENTO DE UN PUERTO MUY OLVIDADO
En el puerto de Frontera, donde el río Grijalva encuentra su destino final en las aguas saladas del Golfo de México, el tiempo parece correr de manera distinta. Las calles del pueblo, ahora tranquilas, guardan ecos de una época en la que el puerto era la puerta de entrada y salida de la economía tabasqueña, un lugar lleno de vida, barcos y trabajo. Hoy, esas voces se mezclan con los murmullos de una esperanza renovada, la promesa de que Frontera está a punto de recuperar lo que el tiempo, y la falta de inversión, le ha arrebatado.
Doña Rosa María Ávalos Reyes, a sus 70 años, es testigo de esa historia de vaivenes. “Llegué aquí cuando tenía dos años, mi mamá me trajo desde Balancán”, relata con un brillo en los ojos. “Había barcos camaroneros, plataneros, fábricas de aceite y jabón… El puerto estaba lleno de actividad, se vivía bien”.
El puerto de Frontera fue, durante décadas, un centro logístico crucial para la exportación de productos como el plátano, apodado ‘Oro Verde’, y un espacio vital para la pesca. Las fábricas transformaban las materias primas y las embarcaciones partían cargadas hacia otros destinos.
LA CAÍDA DEL PUERTO Y LAS PROMESAS
Pero el auge fue corto. La llegada del petróleo, con sus promesas de riqueza, desvió la atención hacia otros puertos como Dos Bocas y Ciudad del Carmen. Poco a poco, las actividades comerciales en Frontera comenzaron a desvanecerse.
Los barcos dejaron de atracar y las fábricas cerraron, dejando a la comunidad al borde del abandono. “Los gobiernos lo dejaron caer”, dice doña Rosa con tristeza. “Se llevaron todo: los barcos, el trabajo… Y ahora no hay nada”.
La situación actual refleja el abandono de una región que alguna vez fue próspera. Ricardo Pérez de la Cruz, gerente de una tienda abarrotera en el puerto, lo vive día a día. “Mantener el negocio ha sido complicado. Las malas carreteras y la falta de infraestructura afectan nuestras ventas, y los transportistas ya no quieren entrar al puerto”, comenta.
Ricardo ha aprendido a sobrevivir en medio de una comunidad que sigue esperando el regreso de la actividad que alguna vez hizo florecer el puerto. “Si el puerto vuelve a activarse, todos en Frontera ganaremos”, asegura.
UN PROYECTO QUE DESPIERTA ESPERANZA
Sin embargo, la promesa de reactivar el puerto está más cerca que nunca. Con una inversión de 1,433 millones de pesos, el Puerto Industrial de Frontera busca devolverle su lugar como uno de los ejes económicos del sureste mexicano.